Tarde o temprano, todos los Concellos deberán renovar su red de suministro de agua. Será el momento en el que aprovechen para desechar las antiguas tuberías de uralita o fibrocemento, un material prohibido por la Unión Europea y cuya fabricación fue anulada en el 2001 en España. Fene es uno de esos ayuntamientos. La compañía que gestiona el abastecimiento, Aquagest, ha realizado un detallado informe sobre aquellas redes que conviene retirar con mayor urgencia.
En función de esas recomendaciones, el Concello ha preparado un plan de intervenciones para retirar las tuberías antiguas y colocar unas nuevas de PVC, un material más resistente y menos dañino que el fibrocemento utilizado hasta principios de esta década. Las primeras actuaciones serán, según explicó el concejal del área de Obras e Servizos, José Antonio López, en la avenida Naturais (la carretera nacional 651 a su paso por el casco urbano del municipio) y la calle de A Fraga. El Ayuntamiento ha sacado a concurso ambas intervenciones por importe de 200.000 euros con cargo al Plan de Cooperación cos Concellos de la Diputación provincial. Pero esto no es más que el principio. Las previsiones de la concejalía de Obras van aún más lejos y prevé invertir del orden de 600.000 euros en los próximos años en el mismo tipo de tareas de sustitución de tuberías.
¿Cuáles son los principales problemas del fibrocemento? En primer lugar, el motivo por el que la UE ha prohibido la utilización de ese material es por sus propiedades cancerígenas, pues en su fabricación se utilizaban fibras de amianto. El segundo aspecto es que la uralita es mucho más débil que el PVC sintético, por lo que responde mucho peor a las roturas y pérdidas.
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