miércoles, 15 de octubre de 2008

Cuando ruge el sector naval

Por Xavier Navaza

Fuente: El Correo Gallego

A pesar de encontrarse en un histórico momento de bonanza, los astilleros públicos ferrolanos pueden entrar en pérdidas este año •• La tensión sindical y la conflictividad laboral amenazan al filón de los buques militares
Facturaciones millonarias y contratos que cubren buena parte de la geografía mundial. Pocas veces ha vivido el sector naval tiempos tan boyantes como el actual, tanto para la producción de buques civiles como militares. Se acabaron aquellos días en que los tigres del sudeste asiático competían con los astilleros europeos a costa de vender a precios incompatibles con la libertad de los mercados europeos.
La cúpula de Navantia, la empresa estatal que reúne a los astilleros públicos españoles, lo explica de un modo sencillo: los países asiáticos pueden "exportar" niveles salariales inferiores a los de la UE y coberturas sociales para sus trabajadores que están a años luz de las que rigen en el viejo continente, y eso abarata mucho los costes de producción. A cambio, Asia no está preparada para competir con la avanzada y creciente capacidad tecnológica de nuestros astilleros.
Y sin embargo, rugen las centrales sindicales: cunde la tensión laboral en el sector y se pone de manifiesto que la organización de las plantillas dista mucho de estar a la altura de los desafíos del futuro en un escenario industrial emergente.
El presidente de Navantia, Juan Pedro Gómez Jaén, lo explica en pocas palabras: "El alto coste de los materiales" y la "rigidez de las plantillas" genera niveles de subactividad que en ocasiones se parecen mucho al absentismo laboral y menguan la productividad de los talleres.
En este contexto, el enfrentamiento sindical amplía los problemas. Y el calendario de movilizaciones, lejos de remitir, no ha hecho otra cosa que empezar: coincidiendo con la botadura de un submarino en Cartagena, los operarios del naval se manifestaron en esa localidad el pasado día 8, mientras en Ferrol los centros de trabajo paraban por completo durante varias horas.
Mañana, en San Fernando (Cádiz), al amparo de la botadura de un buque patrullero para la Armada de Venezuela, se repetirá el guión. En Ferrol, también.
Gómez Jaén ha convocado a los portavoces sindicales a una reunión que se celebrará pasado mañana, viernes, en la sede central de Navantia, en Madrid. Sobre la mesa, la negociación de un convenio único para todas las factorías y la regulación de las actividades de la industria auxiliar. Y el fallido Plan Ferrol, que la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y Navantia prometieron en 2004, tras la desaparición de Izar.
BORRASCA A LA VISTA
La crisis global traerá recortes en Defensa
Navantia tiene en su cartera de pedidos a la Armada de seis países, pero aún así dista mucho de disponer de una financiación autosuficiente. Por eso, el principal objetivo de su presidente, Juan Pedro Gómez Jaén, es que la empresa sea realmente viable a partir de 2009: "Algo que puede llegar a no suceder si no nos mantenemos como una empresa seria" y no se pone fin a las movilizaciones obreras y a la borrasca sindical.
Está dispuesto a negociar: "Ése es el camino a seguir, para despejar la tensión que perjudica de manera especial al desarrollo de los programas, es decir, a los plazos de construcción". Incluso la calidad de la producción puede acabar resintiéndose, añade.
El presidente de los astilleros estatales se pone en el peor de los casos y avanza que Navantia podría entrar en pérdidas este mismo año, a pesar de contar con un volumen muy importante de contratos y pedidos.
Al otro lado de las trincheras, Ramiro González, sindicalista y presidente del Comité Intercentros de Navantia, tiene entre ceja y ceja a Gómez Jaén: "Sus últimas declaraciones, afirmando que la empresa puede cerrar el balance de 2008 con pérdidas", ha dicho Ramiro, "nos dan a entender que trata de justificar lo injustificable y que su final como presidente de Navantia se encuentra un poco más cerca".
Las cúpulas de la SEPI y de Navantia no viven sus mejores días. La primera, al frente de la cual está Enrique Martínez Robles, tiene enfrente a nacionalistas y a populares gallegos por sus reiteradas negativas a zanjar el veto de la Unión Europea que impide la construcción de buques civiles en Perlío, Fene. La segunda, situada en el punto de mira de las centrales sindicales.
Y la situación puede complicarse un poco más si, como es de temer, algunos de los países para cuyas armadas construye buques Navantia deciden cancelar parte de sus contratos en medio de una crisis que les aconseja recortar gastos en Defensa n
JUAN PEDRO GÓMEZ JAÉN. PRESIDENTE DE NAVANTIA
"No es razonable ver a operarios de brazos cruzados en los talleres"
- ¿La tensión sindical que estos días vive Navantia perjudica a la imagen exterior de los astilleros españoles?
- Es evidente que sí. La conflictividad laboral no es el mejor reclamo comercial para una empresa. Su imagen se resiente y hace muy difícil captar nuevos programas, ya que introduce la duda sobre el desarrollo de los mismos: ¿se va a cumplir el plazo? ¿Se va a cumplir con la calidad especificada? La conflictividad lleva a la pérdida de confianza y se tarda muy poco en perder lo que ha costado años ganar.
- En un momento como el actual, cuando los astilleros españoles se sitúan entre los mejores del mundo, ¿puede perjudicar la inestabilidad interna a la hora de captar nuevos pedidos? - Claramente, sí. Navantia se ha convertido en un referente tecnológico internacional. Se han conseguido importantísimos contratos con países de todo el mundo. En este momento hay programas en marcha para seis marinas distintas y desarrollar esos programas de manera perfecta es fundamental para no perder el momento. Si esos programas se resienten, se resentirá nuestro futuro. - ¿Y la productividad? ¿Es cierto que en Sestao (La Naval) la producción de una tonelada de buque se realiza en 28 horas laborales y en Navantia-Ferrol en 80, es decir, el triple? - Estamos hablando de una mezcla incompatible: buques civiles frente a buques militares. Los buques militares son bastante más complejos y por tanto no se puede comparar. Ahora bien, es cierto que tenemos que hacer un importante esfuerzo en productividad para no perder la competitividad. Debemos ser capaces de mejorar, y mucho, si queremos ser uno de los grandes constructores navales militares del mundo. - ¿Y por qué se dan esos niveles de absentismo tan altos? - También es verdad que tenemos mucho que mejorar en cuanto al absentismo laboral: en Ferrol casi doblamos el índice de absentismo del sector, que está en el 6%. Debemos mejorar las rigideces laborales que nos llevan a tener niveles de subactividad en momentos en que estamos contratando fuera grandes paquetes de trabajo para la industria auxiliar. No es comprensible que trabajadores propios estén de brazos cruzados, cuando con la formación adecuada podrían estar capacitados para realizar otras tareas. - ¿Estamos ante prácticas sindicales propias de otros tiempos en un mercado tan sensible como el de la construcción naval? - Estamos ante la necesidad de negociar para llegar a acuerdos que consoliden el futuro del proyecto industrial de Navantia. Entre todos debemos hacer el esfuerzo necesario para que nuestra empresa siga siendo el gran astillero que todos queremos.
- ¿Y por qué se pide la dimisión del equipo directivo de Navantia desde ámbitos políticos y sindicales? - A veces es más fácil personalizar el conflicto que sentarse a negociar. Pero insisto en nuestra voluntad absoluta de llegar a acuerdos, que es la única vía de futuro para Navantia.

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