viernes, 2 de agosto de 2013

España descarta pedir medidas cautelares por las ayudas al naval



El ministro de Industria anunció en el Congreso de los Diputados que hoy recurrirá la decisión ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
  El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, descartó ayer que el Gobierno vaya a pedir medidas cautelares por la decisión de Bruselas de obligar a devolver las ayudas fiscales a la financiación de la construcción naval en el periodo 2005-2011.

En declaraciones a Efe, Soria recordó que el Gobierno, junto a los Ejecutivos de las comunidades autónomas afectadas (Galicia, País Vasco y Asturias), astilleros y sindicatos, va a recurrir la decisión de Bruselas al considerar que “no se ajusta a derecho”.
En concreto, el ministro apuntó que contraviene los principios de seguridad jurídica y confianza legítima “con la que en todo momento han actuado los inversores”.
Cuando se decidió presentar el recurso también se planteó la posibilidad de pedir medidas cautelares, aunque finalmente “como decisión consensuada” con sindicatos, astilleros y autonomías, se ha decidido abandonar esta vía.
El pasado 17 de julio el Ejecutivo comunitario dictaminó que los beneficiarios del régimen fiscal establecido para la financiación de la construcción naval deben reembolsar las bonificaciones recibidas entre mayo de 2007 y 2011, aunque inicialmente las autoridades comunitarias planeaban que la devolución se remontara a 2005.
Industria estratégicaLa mayoría de los países con costa han considerado la construcción naval como una industria estratégica desde hace siglos. España es uno de ellos y ahora corre el peligro de perder uno de sus motores económicos. Las exigencias de Bruselas y el plan de ayudas han creado un sistema de desigualdad entre los estados miembros. Más allá de las fronteras españolas, el control europeo ha dejado a los astilleros en un lugar inferior a sus homólogos asiáticos.
En los últimos tiempos, la implantación del régimen de tax lease ha terminado de revolucionar al sector y lejos de ayudar ha creado aún más una inestabilidad. El sistema de incentivos fiscales a la inversión de buques por el cual, mediante determinadas estructuras, se puede amortizar aceleradamente la inversión realizada en la adquisición, mediante arrendamiento financiero se ha topado con ciertas trabas en el marco de la Unión Europea.
En un primer momento parecía que funcionaba. Los inversores podían apoyarse en este sistema ventajoso de financiación que ha permitido durante casi una década abaratar hasta en un 30% el precio de mercado de los barcos que salían de los astilleros españoles. Pero poco duró la tranquilidad. El modelo fue denunciado por astilleros holandeses, a los que se sumaron los de Noruega, Francia, Finlandia y Portugal.
¿Pero qué pasó? La normativa europea de competencia impide subvencionar directamente a un sector productivo, he aquí cuando España idea un esquema para hacer atractiva a los inversores la financiación de la construcción de buques y estimular así la actividad del sector. El esquema funcionaba de tal manera que el armador que quería encargar la construcción de una nave a un astillero buscaba una entidad financiera para venderle mediante un contrato de alquiler la construcción del barco y de este modo poder financiarla.
Fuente: La Gaceta

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